El museo de helados, que se inauguró en Nueva York en 2016 y fue un gran éxito para el público, se mudó a Los Ángeles hasta octubre de 2017.

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El Museo del Helado, a pesar de su nombre, difícilmente puede llamarse un museo en el sentido completo, es más bien un espacio de arte con instalaciones interactivas, dirigido a aquellos que les gusta tomar selfies. Una docena de salas, pintadas en colores “dulces” y decoradas por artistas modernos, ofrecen sumergirse en el mundo de la alegría y la infancia.

Aquí se puede caminar entre las gigantescas paletas y los osos de mermelada. Camine por la sala de bananos, con frutas colgando del techo, y las paredes emiten un sabor a plátano. "Nadar" en la piscina llena de aderezo de confitería (gránulos con una capa protectora, para que no se ensucien la ropa). A lo largo de la ruta, se espera que los visitantes degusten helados y otros postres.