московский ресторан Poison Angela Moiseeva, Valery Lizunov
Pasando la galeria
Texto: Julia shaginurova
Foto: Sergey Morgunov, Ekaterina Morgunov
Arquitecto Angela Moiseeva, Valery Lizunov
Decorador: Anastasia pavlatos
Constructor Sergey Tikhonov
Diario: N5 (72) 2003
El lugar, como lo esperaban los restauradores y diseñadores, resultó ser extremadamente desafiante: en los deslumbrantes letreros de las máquinas Butcher Poison parece un punto negro impenetrable. Desde el escándalo exterior está cercado por cortinas de color púrpura colgadas afuera. En el interior, hay sillas en cubiertas negras, espejos estrechos de seis metros, una estatua de Bosch encontrada por arquitectos en el taller de un escultor familiar. Los lirios blancos y las frutas esparcidas por todas partes deberían marchitarse instantáneamente en la atmósfera infernal del establecimiento, encogerse en parejas "venenosas". "Así que lo concebimos como un depósito real de vicios", comentan los arquitectos sobre su trabajo con una sonrisa serena. "Para reflejar todos los lados oscuros de la sociedad moderna". Bueno, la sociedad, aparentemente, es muy aficionada a sus lados oscuros, si se siente atraída por las paredes negras de la nueva institución.