El nombre de Lindsey Adelman (nacido en 1971) se hizo sonar en Nueva York en 2006. A lo largo de los diez años de existencia de Lindsey Adelman Studio, se ha convertido en un "creador de tendencias" y en uno de los diseñadores más buscados de América y Europa.
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Adelman se enamoró del diseño de asignaturas mientras estudiaba en la Institución Smithsonian, donde obtiene una licenciatura en inglés. Más tarde, Aidelman recibe una capacitación especializada en la Escuela de Diseño de Rhode Island (Escuela de Diseño de Rhode Island), al mismo tiempo que se interesa seriamente en la producción de vidrio. Después de graduarse de la escuela, trabaja con un famoso diseñador de asignaturas de Nueva York, David Weeks (David Weeks), con quien en 2000 abre una empresa conjunta, Butter, especializada en iluminación.




En 2006, la araña Bubble trae a Lindsey Adelman el primer éxito comercial independiente. La combinación de la forma orgánica del vidrio y los componentes metálicos estrictos es lo que el diseñador repetirá muchas veces en sus famosas colecciones.



Hoy, el estudio de Lindsay Adelman en Nueva York es un equipo de más de treinta diseñadores profesionales, además de que hay un personal reducido en Los Ángeles, así como una red de artesanos locales que hacen cada pieza a pedido. En el trabajo para Lindsay, el principio más importante es el llamado DYI (del inglés. Hágalo usted mismo, "hágalo usted mismo"). La "mano de obra" de cada artículo es una parte integral de la filosofía del diseñador. Inicialmente, el estudio se especializó exclusivamente en el diseño y la fabricación de accesorios de iluminación, más tarde, Adelman comenzó a trabajar con joyas, papel pintado, azulejos de cerámica, accesorios y muebles.







El estilo creativo reconocible de Aidelman es una elegante combinación de estilos industriales y naturales. El diseñador admite: "La luz siempre me ha atraído precisamente por su inmaterialidad, esto es efímero, algo que no puedes captar, pero puedes sentir". A menudo sus candelabros y lámparas se parecen a objetos de arte moderno. La luz de Aidelman es siempre más que un mueble utilitario. No por casualidad, Alexander McQueen se convirtió en uno de los admiradores más devotos de su talento.
