Pensativo y burlón, miran desde abajo y desde arriba, desde el suelo y desde el techo. Envueltos en vidrio grueso y marcos pesados, en el crepúsculo del nuevo restaurante Francois, los modelos Da Vinci y Rembrandt miran las copas de los visitantes y las rodillas de sus compañeros. En Moscú, donde los restauradores libran una verdadera guerra por los gourmets y los estetas, el nuevo restaurante en Gostiny Dvor debe ser declarado el ganador indiscutible de esta temporada. Lo primero que ve un visitante de Francois es una torre de tres metros de marcos dorados vacíos, brillando con luces de colores. La torre y las enormes reproducciones de retratos renacentistas son imágenes rectas y extremadamente refinadas. De manera simple y efectiva, anuncian un encuentro con la cocina francesa, que disfrutarán los visitantes de Francois, y también igualarán la gastronomía de manera simple y efectiva. Y en el espacio delimitado por las bóvedas del sótano de Gostiny Dvor, es difícil no creer esta afirmación maximalista. No hay un solo detalle mal concebido, cada pequeña cosa (platos, manteles y servilletas, texturas de pared, iluminación) funciona en un plan común que, en contra de todas las tradiciones establecidas, no se desarrolló a partir de un concepto gastronómico, sino de un concepto de diseño. La cocina de la Riviera francesa, en la que el hedonismo se combina con el máximo refinamiento, los propietarios del restaurante han elegido como la idea más adecuada para el diseño del restaurante. Angela Moiseeva y Valeriy Lizunov, quienes poseen una bella y blasfema idea de pisotear las obras maestras del arte mundial en la cena, son quizás los arquitectos de catering más modernos de Moscú. Hicieron el infernal cafe Poison, el conceptual "Bad Cafe" y el lujoso club blanco First, todo sin excepción de la "bomba" en el restaurante y el mundo interior. En Francois, una mirada de cerca notará los signos típicos del estilo de este dúo arquitectónico: contrastes sensatos de frío y calor, juegos con iluminación, atención a las texturas ... Pero lo principal, por supuesto, es la ligereza y el ingenio con el que los autores de Francois dan vida a sus ideas: combinando en un espacio, materiales simples, casi industriales, con texturas y objetos lujosos, que no se limitan al marco de estilos y tendencias, sino que responden exclusivamente a su propio sentido de la belleza.