Muchos stands en las salas de exposiciones Design y Moderno fueron una especie de producción teatral. Headliner fue la marca KARTELL. La exposición de la fábrica fue un laberinto de "tiendas", cabinas, como ahora está de moda llamar sus stands en comunicados de prensa, con retratos hiperrealistas de diseñadores que colaboran con la marca. Al entrar en una tienda de este tipo, no solo vio los objetos mostrados en el podio, sino que también escuchó la voz de su creador por los altavoces. El autor habló sobre su trabajo, se mostró un video sobre el flujo de trabajo en la pantalla. El proyecto simbólico se llamaba Mentes habladoras.

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