El arquitecto Eliel Saarinen, cuyas obras se distinguen por la simplicidad, las formas geométricas, la extraordinaria elegancia y la sutileza del gusto.
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Texto: Lyudmila Kryshtaleva
Diario: N4 (49) 2001
El siglo pasado es la era ecléctica. Si el placer estético anterior se basaba en el reconocimiento de modulaciones sutiles, ahora estamos satisfechos con el encuentro con cosas de diferentes épocas y países. Cuanto más difieren entre sí, más fuerte se vuelve nuestra alegría. Es agradable sentirse cosmopolita, un poco cansado de lo que vio y experimentó en dos mil años. Probablemente, estos sentimientos explican la moda para los remakes de Le Corbusier, Mackintosh, Wright, Ims, Bertoy ... Eliel Saarinen es el padre del mundialmente famoso Eero Saarinen. Sin embargo, papá lo hizo en el diseño, tal vez no menos. Eliel fue profesor para varias generaciones de diseñadores estadounidenses de los años 20-40. En Cranbrook Academy of Art, el primer presidente del que fue, estudió, además de Eero, figuras tan significativas como Charles Eames, Harry Bertoy, Florence Knoll. Sin embargo, en América nuestro héroe resultó ser ya un arquitecto en 1922. Esto sucedió después de que su proyecto de rascacielos Chicago Tribune Tower ganó la competencia. Antes de eso, Eliel había construido muchos edificios maravillosos en Helsinki. Pero, ¿cómo se combina una escala tan grande con la intimidad de los muebles y accesorios? A principios de siglo, a todos los arquitectos avanzados les apasionaba la idea de recrear un espacio holístico, desde el exterior hasta los detalles interiores. Moderno ruso, art nouveau francés, estilo Jugend alemán: todas estas son ramas de una sola corriente a la que se han unido los finlandeses, en parte debido a los esfuerzos de Eliel. Para su hogar y para la academia, creó muebles, accesorios, textiles y alfombras (este último con su esposa). Estas cosas se distinguen por formas y patrones geométricos, además de simplicidad, extraordinaria elegancia y sutileza de sabor.